Oda a Miguelitro

Antes de comenzar tengo que decir que este es un homenaje a mi amigo miguelitro, puesto que sin él no habría podido aprender ingles ni mucho menos haber podido hacer una página web, 2 fotolog y un blog...
así que Miguel muchas gracias.
Te odio, te odio, Miguelitro… Un personaje

Pantalones militares, chaqueta de mezclilla mal cuidada o su chaquetón verde de la ropa americana, pelo largo y suelto, numerosos parches alusivos a sus tendencias musicales, una personalidad fuerte, directa y muy chistosa. Es la forma de definir a Miguel Negrón pero solo superficialmente, para ver su verdadero ser hay que estar cerca de él cuando se sale de sí.

Natal de Puerto Montt, llega al mundo un 25 de julio de un año desconocido por muchos (1983), -pero no llega solo-, sonará curioso pero llega con una persona muy similar, tanto así, que son genéticamente iguales (Mauricio Negrón, su gemelo). Como si uno no bastara, 2 son suficientes. Por esos azares de la vida, después de terminar en seis años la enseñanza media, llega a Valdivia a estudiar periodismo.

Intelectualmente es necesario decir que posee un espectro cultural muy amplio, es de esas personas que puede hablar de muchas cosas y demuestra ser bastante maduro, aunque con dudas sobre su horizonte y proyección de vida. Sin embargo, lo que copa su tiempo no es el estudio ni hablar cosas cuerdas, es escuchar música y perder el tiempo con sus amigos, -con los cuales a demostrado su verdadera personalidad-.

La personalidad oculta de Miguelitro (como es el apodo que lo acompaña desde que lo conocimos), aunque no tan oculta para quienes lo conocen, es lo que hace de él una de las personas más particulares en el mundo universitario valdiviano. Frases como “hay escuchao a running wild, hay escuchao a running wild” (tiene que ser dos veces), “juuuuuueeeeee hermano peaso e banda hermano LP 87”, un grito por nada, un improvisado twist en cualquier parte, una risa burlona y la búsqueda incansable de un parecido para todas las personas que se le cruzan en la calle y como siempre con su pilsen hasta el final.

Pero no sólo son sus dichos lo que hacen recordar a Miguelitro, sino que también son sus aventuras amorosas que aún están en la retina de sus cercanos. Es por esto que el titulo que acompañará por siempre cualquier escrito de Miguelitro será un “Te odio, Te odio” en conmemoración de aquel recordado momento del que solo algunos escogidos tienen memoria.

Ese es Miguelitro un verdadero personaje viviente.