Como describir lo que pensé, pienso y pensaré... bueno finalmente igual es mierda

martes, abril 25, 2006

Capítulo cinco... el húmedo sapo


Saliendo del bar-busto y en plena esquina se encontraron con el sapo entero mojado que siempre estaba ahí, posado en una hoja de loto, éste la miraba con una cara de… poto de sapo. La coneja de inmediato sintió la presencia de éste, era un sapo poderoso, capaz de poder leer todos los movimientos de la coneja, el único detalle es que los sapos no comen conejas, pero éste era del tipo manipular, experto en el arte de la persuasión, entonces la coneja se dio cuenta de que éste era el enemigo más poderoso al que se había enfrentado nunca jamás…

Este enfrentamiento que sólo tenía como protagonistas las miradas de los bichos, se desarrollaba en el silencio del bosque, hasta que la coneja rompió con el hielo y dijo:

La Coneja: Vamos a un lugar donde no podamos dañar a nadie…

El Sapo: OK

Subconsciente Sapo: Conejita linda, cuando logre poseerte, te mandaré a buscar todas las moscas que quiera.

Luego de este increíble dialogo, los tres se fueron al Rin de palo. Una vez en el, comenzó la batalla final, el sapo acertó un increíble lengüetazo en el cogote de la coneja, pero ésta le mando un orejazo en el ojo, la pelea después tomó un curso más fantástico al elevar –ambos- su ki a un nivel nunca antes visto, lo cierto es que a la coneja le sacaron la cresta y tuvo que pagar el servicio. Tan grave no quedó pero si muy adolorida. En cuanto a la Liebre paque decir po, le sacaron un ojo sus dientes y el rabo, lo chistoso es que ella no estaba peleando, pero, al no hacerse a un lado cuando los otras estaban peleando le llegaron los impactos más fuertes, -todo se hubiera evitado con un salto a fuera del Rin o si le hubiera hecho caso a la coneja, que le dijo como 4 veces que esquivara los ataques-.

Así y después de este encuentro con el húmedo sapo, ansiosa por venganza, la coneja y la Liebre se dirigieron a un animaníbulo cercano llamado “All animal’s”, que se encontraba en el tronco más grande y verde – un verde llamativo, casi luminoso- de todo el sector bajo del bosque. Y allí estaba, el tronco erguido en la mitad de todo -ese sector forestal-, penetrante -a la mirada- e incluso dicen que una vez faenaron a un cordero ahí. Pero esto no le importa a nuestra coneja, sigue adelante sin importarle nada.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal