Capítulo cinco... el húmedo sapo

Saliendo del bar-busto y en plena esquina se encontraron con el sapo entero mojado que siempre estaba ahí, posado en una hoja de loto, éste la miraba con una cara de… poto de sapo. La coneja de inmediato sintió la presencia de éste, era un sapo poderoso, capaz de poder leer todos los movimientos de la coneja, el único detalle es que los sapos no comen conejas, pero éste era del tipo manipular, experto en el arte de la persuasión, entonces la coneja se dio cuenta de que éste era el enemigo más poderoso al que se había enfrentado nunca jamás…
Este enfrentamiento que sólo tenía como protagonistas las miradas de los bichos, se desarrollaba en el silencio del bosque, hasta que la coneja rompió con el hielo y dijo:
El Sapo: OK
Subconsciente Sapo: Conejita linda, cuando logre poseerte, te mandaré a buscar todas las moscas que quiera.
Así y después de este encuentro con el húmedo sapo, ansiosa por venganza, la coneja y la Liebre se dirigieron a un animaníbulo cercano llamado “All animal’s”, que se encontraba en el tronco más grande y verde – un verde llamativo, casi luminoso- de todo el sector bajo del bosque. Y allí estaba, el tronco erguido en la mitad de todo -ese sector forestal-, penetrante -a la mirada- e incluso dicen que una vez faenaron a un cordero ahí. Pero esto no le importa a nuestra coneja, sigue adelante sin importarle nada.
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