Como describir lo que pensé, pienso y pensaré... bueno finalmente igual es mierda

miércoles, mayo 10, 2006

El día en que aprendimos a cobrar por adelantado



Habitualmente no acostumbro a recordar detalles ni nombres ni nada relacionado con el trabajo, es obvio, a quien le gusta llevar trabajo a su casa. Pero el otro día estábamos comiendo en el kiosco de la universidad como perros (y eso no quiere decir, en cuatro patas ni a lo perrito, ¡no! Ni una wea así, sino que estábamos simplemente comiendo mal), cuando llegó Pandora Genio Corto, con una cara media alelada (no sé que significa esto, pero le da un tono más dramático a la situación), inquieta y ansiosa por encontrarse con su amigo Cara Marcada con Mango.

En aquella ocasión, se encontraba Marcólico Cara Marcada con Mango -como ya había dicho-, el Chivo Miguelitro, Lechero Leche Cortada (que ya es uno de nosotros, sólo falta que deje de ocupar sus artículos anti-sponge y deje de comer cereales adeldazul), Gonca y quien les habla.

Nos empezó a contar su historia y esto no nos entró en gracia (imposible que entre, porque somos bien machitos y nos gusta comer tranquilos). Le dijimos que hablábamos después de reposar, así que le preguntamos si quería comer, dijo que si, y por supuesto no faltaron los voluntarios. Finalmente fue Marcólico Cara Marcada con Mango el que la invitó.

Nos contó su problema, dijo que conocía a alguien que le provocaba un severo caso de cáncer al tímpano, esta enfermedad es una verdadera rareza y que sólo la puede provocar un sonido muy agudo y aplicado en forma reiterada, eso significa que entra y sale, entre y rebota, rebota y sale… la onda. Sin embargo, en nuestro interior sabíamos que eso no era como para soltar aquella suma de dinero, pero accedimos porque le debíamos un favor.

Antes de actuar, decidimos averiguar por nuestros propios medios cual era la verdadera razón del deseo de muerte que poseía a nuestra amiga “Pandora Genio un poco más corto”. Así que esa noche nos reunimos en nuestro bar predilecto, el “Santa Inés”. Definimos nuestra estrategia. Para tal efecto nuestro genio logístico Marcólico Cara Marcada con Mango, inspirado además por el comercial de Sprite (tu amigo te tiene ganas), dividió nuestros procedimientos, y lo primero que teníamos que hacer era insertar a uno de nosotros en su mundo -claro que no estábamos realmente consiente de que se tomaría muy a pecho eso de “insertar”-, con el objetivo de saber si era verdad lo que nos decía “Pandora Genio un poco más corto que anteriormente”.

La verdad es que somos asesinos a sueldo y no nos importa el motivo por el que alguien quiere matar a alguien (curioso, alguien se quiere matar), pero esta vez era distinto, teníamos ganas de averiguarlo y bueno ¿por qué no?, con tal de saciar el morbo y cumplir nuestra misión.

Así, para esta primera etapa, nos fijamos en nuestra sección de asalto y abordaje donde el Chivo estaba listo para entrar en acción. Nosotros sabíamos que todo iba a estar bien, porque el Chivo Miguelitro es un experto en el manejo de la caja de vino -si tan sólo lo vieran- es como ver a un vaquero en un duelo, desenfunda, abre, dispara y bota… si bota, igual que los vaqueros, bota o lo botan, pero de que bota ¡bota!, sólo cuando se bota y no con botas, en realidad con la otra bota; -la del vino-, bueno aquí termina mi reflexión sobre la bota.

Volviendo al tema que nos atrae. Todo estaba listo, un par de consejos de nuestro guerrillero estrella Gonca, de esos “agachao, siempre agachao”, que es el arte de pasar desapercibido para la fuerza pública y listo, todos a sus posiciones.

Lo teníamos todo listo, excepto, que era una de las primeras veces que Lechero Leche Cortada (lo de leche cortada viene de comentarios de su ciudad, ve tu a saber cual es la verdad). El plan desarrollado por Marcólico Cara Marcada con Mango, era que nuestro Jesús (ese es el nombre clave para la misión de el Chivo Miguelitro. Le pusimos así porque realmente se tenía que sacrificar, en verdad casi inmolarse en pro de la causa. ¡Pero fue voluntario!, que quede bien claro), tenía que incluirse en el grupo donde venía nuestro objetivo, esto le resultaría más fácil hacerlo en una micro. Posteriormente, tendría que llevársela a las afueras de la ciudad y en un callejón que ya teníamos previamente ubicado, obtendría la información del altercado con Pandora Genio increíblemente corto para luego darle… muerte, en realidad darle y darle muerte.

Todo salió de forma perfecta, el Chivo logró meterse en su mundo, hasta la boca, claro hasta la misma boca de… su mundo. El plan era perfecto, ellos irían a carretear a las afueras de la ciudad, una vez que nosotros lográramos colarnos a ese carrete, procederíamos a distraer la atención de todos provocando una enorme discusión, dándole tiempo a las parejas para que se manejen en forma privada y en un lugar apartado. Todo estaba resultando de maravillas, hasta nos trataron de incompetentes y sin fundamentos para seguir discutiendo, el revuelo era el suficiente, pero algo tenía que salirse de nuestras manos.

Yo “La Coneja”, era el encargado de distraer a una de las piezas fundamentales, en otras palabras me tenía que llevar a la mugre de la uña (la inseparable del objetivo “Wade”), pero fallé. Se me cruzó un ser de las sombras, uno siempre agachao, utilizó todas sus artimañas, no pudo resistirse a sus bajos instintos. Tenía casi todo el trabajo listo, sólo faltaba un detalle… claro ese detalle, el que completó mi compañero de cajas de vino, mi amigo que en ese momento se olvidó de su apellido e hizo lo que mejor sabe hacer “garca”.

Todo el resto estaba como lo habíamos planeado, a esa hora Marcólico Cara Marcada con Mango ya había desaparecido en las sombras de la noche, El Chivo estaba haciendo lo mismo con nuestra víctima, Lechero leche cortada le seguía, sólo yo me quedaba enredado en el lugar. Había que tomar una decisión, tenía que causar más alboroto, para que nuestro plan no se fuera a las pailas. Recurrí a mis dotes actorales y fingir un ataque de esquizofrenia que mezclado con la enajenación mental que le causamos a una invitada, fue el toque perfecto para proseguir con lo propuesto.

Pero claro, no todo podía ser perfecto y otro detalle se nos escapó. En la penumbra logramos divisar que nuestra víctima no estaba con el Chivo, sino que con Lechero Leche Cortada. Un “puta la wea” salió tímidamente de mis labios y créanme que no fue el único de la noche. Se nos había escapado el detalle, se nos había olvidado que no le habíamos enseñado al Lechero el arte de desaparecer en las sombras -“siempre agachao, siempre agachao”-. Por supuesto que el que le tenía que enseñar estaba ocupado con la labor que me tocaba a mi, y yo creo que la cosa se veía con deseos de un poco más que agachaos. Me vi obligado a intervenir con un nuevo ataque de esquizofrenia, pero necesitaba ayuda.

Así que recurrir a otro experto en la improvisación del cumplimiento del deber, y con un hábil gesto le dije al Chivo de las mil crías que tenía que detener a la del flotador (este nombre –clave, por cierto- lo recibió por el rollito que sale por un costado de su peto) y llevarla a un lugar aún más sombrío y salvar al lechero.

De este modo y con un movimiento -que te lo encargo-, arrebató de la cámara de tractor al pobre lechero, que ya se encontraba angustiado a un paso de ser devorado por Wade el patito de la granja de Orson. Sólo bastó un leve empujón, un ven pa’ca y listoco (don toco), al “Lechero Materia dispuesta” me lo llevé de un ala y de Wade no se supo nunca más, misión cumplida y esperar a los resultados y la plata.

A los días después vimos a Miguelitro, que aún hacía muecas, -igualito a un weón que conozco-. No aguantábamos la curiosidad de saber el porque del encargo de Pandora Genio esta vez un poco más largo (y gordo). En ese momento mirábamos atentamente sus facciones de chivo, que perdido en las historias de Naldito nos dijo…

“-Se me olvidó la pregunta…”, y al parecer sólo se dedicó a darle… darle muerte.

Desde ese entonces que el Chivo acostumbra a relinchar y hacer sonidos guturales mientras duerme, sin duda que significó un gran sacrificio para su persona, puesto que se ahoga y tiene pesadillas. En cuanto a nuestra paga, bueno se suponía que Marcólico Cara Marcada arreglaría eso, lo que es yo, no sé si le pagaron -sólo a él-, o no le pagaron, pero no hemos visto ni uno de lo que alguna vez nos prometieron, en realidad nos cagaron.

En cuanto al Lechero Leche Cortada, puedo decir que se le están dando clases exhaustivas de pasar inadvertido y nuevamente siempre agachao, aunque aparentemente nuestro miembro (Lechero), tiene un talento natural para figurar y mostrarse y no poder dejar de mostrarse, porque aunque lo intente, alguien se preocupará de hacerlo notar, en vista de eso estamos inaugurando una nueva sección en nuestro grupo… la de aguante y disposición. Por lo menos aprendimos a cobrar por adelantado.

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