Como describir lo que pensé, pienso y pensaré... bueno finalmente igual es mierda

martes, abril 25, 2006

Capítulo primero... Esta fábula, no es de sexo, pero si de conejos


Había una vez 2 conejas, un hámster, una liebre, un sapo un gusano, un pájaro loco y una zorra. Esta es una de las historias más triste que he escuchado en mi viaje a través del intenso bosque del sur de Chile. Antes de desarrollar este drama tengo que afirmar que si no quieren llorar, no la lean.

Era un día hermoso, uno de esos que son tan lindos, que hasta te dan ganas de ducharte. Era tan lindo que la coneja se dio el lujo de salir de su cueva a chatear por Messenger en un ciber tronco de por ahí cerca. A todo esto, la coneja tenía un oficio, gastarse en un tronco. Pero bueno, una vez chateando al aire libre la coneja de dio cuenta de que se encontraba conectado, su amigo del alma, el hámster, que vivía en un bosque cercano pero no menos distante… (se me olvido decir que es importante gastarse en un tronco, puesto que si no lo hace sus dientes incisivos crecerían de tal forma que le impediría comer).

La coneja: tac, tac, tac, tic, toc (Hola amigo hámster, tanto tiempo)
El hámster: tic, toc, tuc, tac, tac, tac (Hooola coneja, como te va)
La coneja: tac, tac, tac, tic, toc (Muy bien, oye po y cuando nos mandamos unas chelas)
El hámster: tic, toc, tuc, tac, tac, tac (Pucha, mas rato porque justo tengo que viajar, y vamos)
La coneja: tac, tac, tac, tic, toc (Ah, pero vas a tener que pagar, porque yo no tengo niuno)
El hámster: tic, toc, tuc, tac, tac, tac (Weno ya, uffff)
La coneja: tac, tac, tac, tic, toc (Yapo hamster nos Belmontt)
El hámster: tic, toc, tuc, tac, tac, tac (Nos vemos)

Luego de esta trascendental conversación, la coneja –dígase aquel bicho cachondo, de bajos instintos e irracional, sexualmente hablando-, se dedicó a pasear junto a su soledad habitual, es más la coneja estaba pasando por los momentos más difíciles de su vida, sin aparentarlo esto marcaría su conducta de por vida.

Capítulo segundo... La amenaza de la Zorra


En el camino, tuvo otro acercamiento a una nueva conducta se pilló con una zorra, ésta le preguntó:

(Es importante hacer una aclaración, la coneja tiene poderes psíquicos, que la hace ser una poderosa vidente del tipo que escucha el subconsciente y alucinaciones de eventos futuros)

Zorra: hola conejita, como estás. ¿Por qué tan solita?

Subconsciente Zorra: Oh, conejita mas rica, te voy a puro comer te voy a hacer peazo, esperate que te agarre…

Autor (nota al margen): tienen 2 alternativas, pensar que la coneja es hombre o pensar que la zorra es lesbi. A mi personalmente me da lo mismo total esta es una parte inservible para la moraleja de la fábula, sin embargo prefiero que sea lesbiana ya que sé que está enamorada de otra coneja, aunque no sé si ésta es real.

La coneja: Mira zorra de las grandesrechuchetumarequeteparió, a mi no me haci hueona, se que me query puro comer así que hagámosla corta. Vo crey que yo no me puedo defender, mira zorrita, yo sé muchas cosas de ti, cosas que las puedo gritar mientras me comes…

Zorra: Así que con esas estamos, veamos…

Al rato siguiente… se escucha un grito ensordecedor… tanto así que a la distancia se podía dilucidar lo siguiente…

AAAAAOOOOOUUUUAAAA, LA ZORRA SE METIÓ CON EL GUSANO Y EL PÁJARO LOCO, LOS DOS A LA VEEEEEEEEZ.

Capítulo tercero... El gusano en la zorra


Claro, ustedes podrán entender que en vista del suculento grito, la zorra se comió a la coneja, sin embargo, no puedo matar a la protagonista, así que supongamos que la coneja justo en el momento en que se la iban a comer, sacó algo de su bolsillo y… a la zorra le ensartaron una zanahoria en el… ojo y le rajo… la papa. De este modo la coneja salva su vida usando su arma secreta. (para no tener problemas con nadie, tengo que mencionar que la zorra no murió en este ataque, aunque tengo que admitir que a la coneja le habría gustado)

En ese momento, el gusano que estaba a un par de millas de ahí, había partido raudamente a ver que ocurría, puesto que su esposa gusano lo había pateado ante semejante declaración por parte del anónimo grito a la distancia. Al llegar se dio cuenta que la zorra estaba en el suelo. Así que dijo:

Gusano: Puuuuuta y vo lo miray a huevo, la ocasión la pintan calva.

Así que el gusano se metió en la zorra, pensando que esta estaba muerta, claro, con el objetivo de instalarse a vivir junto a su familia (para reconciliarse y ustedes cachan po). Pero la zorra sólo estaba inconsciente en el suelo. Mientras tanto el gusano pensaba.

Gusano: Pucha a mi de verdad es que me gustaba esta zorrita, Así que igual me la voy a comer.

Nota del autor: Es necesario que sepan que era un gusano carroñero, especialista en hacer desaparecer los cadáveres de las zorras, es más me atrevo a decir que a todos los gusanos les gusta los cuerpos de zorra.

Y de este modo el gusano comenzó a darle tiernos mordiscos el la piel -era un gusano carroñero como algunos que conozco-. Pero como la zorra estaba inconsciente despertó abruptamente y salió corriendo por el bosque, perdiéndose en las sombras… parece que le dolió, -siempre pasa la primera vez, dicen-.

Capítulo cuarto... El ataque del pájaro



E
n vista de que la wea se esta poniendo fome… continuaré en mi observación a la coneja, mientras ésta pasea tiernamente por un boscoso paisaje, es en este momento en donde se encuentra con su amigo personal la Liebre. Pero este amigo era tan especial que estaba un poco cojito así que evitaba moverse mucho. Conversaron un rato y decidieron seguir juntos su camino hasta encontrarse más tarde con el hámster.

En su camino decidieron mandarse un cañonazo de jugo de zanahoria con agua ardiente -claro, mientras esperaba que llegara el hámster pa’ mandarle denueo-. Ellos entraron a un bar-busto de por ahí cerca, se sentaron en la barra y la coneja miró al barman que era un pájaro carpintero, que gustaba de picar el palo.

Pájaro loco: Y que se va a servir el señor(a)…

La coneja: El señor no sé, pero yo quiero la wea más fuerte, y de zanahoria.

Nota del autor: Tienen que saber que el pájaro tiene características psicopáticas-heterofóbicas.

Subconsciente Pájaro loco: te vas a hacer mierda con ese copete y te voy a liquidar…

La coneja: Hasta el último peso, si no alcanzo a tomarme toda la wea…

En vista de esto, el pájaro de se puso tan nervioso que no pudo medir su fuerza, quebró un vaso con sus manos, se cortó la cabeza y murió por la cantidad de caldo de ceso que le salió. Saltaron vidrios por todas partes, incluso le saltaron a la Liebre pero ésta, no atino a saltar hacia algún lado, se corto pero sólo un poco –le cortaron una oreja, una pata a la altura de la rodilla y quedó con el intestino grueso colgando por al lado de su culo-. Mientras que la coneja permaneció firme e inmune ante tan aberrante escena (aunque en su interior se encontraba preocupada por su amigo), terminó su copete y se fue cortá, -no es lo que piensan… cuando se quebró el vaso, le saltó un pequeño vidrio en la patita, nada grave, pero se cortó, cacharon ahora-. La Liebre salió después, ya que estaba un poco más herida.

Capítulo cinco... el húmedo sapo


Saliendo del bar-busto y en plena esquina se encontraron con el sapo entero mojado que siempre estaba ahí, posado en una hoja de loto, éste la miraba con una cara de… poto de sapo. La coneja de inmediato sintió la presencia de éste, era un sapo poderoso, capaz de poder leer todos los movimientos de la coneja, el único detalle es que los sapos no comen conejas, pero éste era del tipo manipular, experto en el arte de la persuasión, entonces la coneja se dio cuenta de que éste era el enemigo más poderoso al que se había enfrentado nunca jamás…

Este enfrentamiento que sólo tenía como protagonistas las miradas de los bichos, se desarrollaba en el silencio del bosque, hasta que la coneja rompió con el hielo y dijo:

La Coneja: Vamos a un lugar donde no podamos dañar a nadie…

El Sapo: OK

Subconsciente Sapo: Conejita linda, cuando logre poseerte, te mandaré a buscar todas las moscas que quiera.

Luego de este increíble dialogo, los tres se fueron al Rin de palo. Una vez en el, comenzó la batalla final, el sapo acertó un increíble lengüetazo en el cogote de la coneja, pero ésta le mando un orejazo en el ojo, la pelea después tomó un curso más fantástico al elevar –ambos- su ki a un nivel nunca antes visto, lo cierto es que a la coneja le sacaron la cresta y tuvo que pagar el servicio. Tan grave no quedó pero si muy adolorida. En cuanto a la Liebre paque decir po, le sacaron un ojo sus dientes y el rabo, lo chistoso es que ella no estaba peleando, pero, al no hacerse a un lado cuando los otras estaban peleando le llegaron los impactos más fuertes, -todo se hubiera evitado con un salto a fuera del Rin o si le hubiera hecho caso a la coneja, que le dijo como 4 veces que esquivara los ataques-.

Así y después de este encuentro con el húmedo sapo, ansiosa por venganza, la coneja y la Liebre se dirigieron a un animaníbulo cercano llamado “All animal’s”, que se encontraba en el tronco más grande y verde – un verde llamativo, casi luminoso- de todo el sector bajo del bosque. Y allí estaba, el tronco erguido en la mitad de todo -ese sector forestal-, penetrante -a la mirada- e incluso dicen que una vez faenaron a un cordero ahí. Pero esto no le importa a nuestra coneja, sigue adelante sin importarle nada.

Capítulo final...


(…) creo que me saltaré una parte de la historia… La coneja miró su reloj y se dio cuenta de que era hora de empinar el codo con su amigo el hámster y se fue, en el momento en que se despidió, para ser más preciso, en el momento en el que extendió la mano a la liebre para agradecer su compañía en los momentos difíciles que acababa de vivir, esta Liebre weona, salto asustada, -claro, como es de suponer la coneja se enojó mucho y le mandó una pura pata en la raja, por no haberlo hecho antes, (podría por lo menos tener sus dos ojos, sus dos orejas y eso po) y se fue sola- .

Espero que de esta pequeña fábula puedan sacar todas las enseñanzas posibles, de verdad me esmeré mucho por terminarla y cuidarle cada uno de sus detalles… Ahora después de todo esto ustedes se preguntarán y donde chucha está la otra coneja recuerden “Había una vez 2 conejas, un hámster, una liebre, un sapo un gusano, un pájaro loco y una zorra”. Bueno la otra es sólo una imagen meta -y saque- fórica que desde ahora me acompañará. Con respecto a las moralejas, la verdad es que me habría gustado que ustedes las sacarán pero yo colocaré algunas para los que no quieran interpretar ni pensar niuna wea.

Las Moralejas...

- Una zorra siempre quiere comer, no importa lo que diga, quiere comer.

- Un gusano siempre se mete en una zorra y siempre se come a una zorra.

- En realidad un gusano se mete con cualquier zorra.

- Algunas zorras salen corriendo cuando sienten el gusano.

- Hay veces en que el pájaro solo es un elemento decorativo (sepan que no es ese mi caso)

- Siempre vas a pillar a un sapo húmedo en la esquina.

- El sapo siempre es más poderoso.

- El sapo por lo general siempre te va hacer pagar por tus pecados.

- El sapo siempre busca persuadirte para después manipularte.

- Nunca de metan a un lugar pintado de color verde llamativo.

- La liebre nunca salta cuando uno quiere.

- La liebre salta cuando uno menos lo piensa y lo quiere.

viernes, abril 07, 2006

Radiografía a "la coneja"


La coneja que menea su rabito
Ya no me acuerdo cuando pasé a ser yo “la coneja”, pero lo verdad es que poco a poco me comienzo a desligar de mi flamante apodo-apellido “Leiva”, para llamarme como el maldito mamífero cachondo, el mismo que esconde sus huevos de colores llamativamente maricones para que miles de pendejos ignorantes los buscan como si fueran los más grandes tesoros de la humanidad (en realidad y literalmente hablando es que los huevos son el único tesoro importante entre los pendejos).

La verdad es que llama la atención que me busquen los huevos –claro, conejativamente hablando-, pero preferiría que fueran puras mujeres (o mujeres puras que a su vez no tiene nada que ver con mujeres putas, por favor no mal interpreten mis palabras) y un poco más mayorcitas.

Pero bueno para no alejarme de la calidad textual que del relato, es que me he puesto a pensar en que tan estrecha es mi relación con “la coneja” –que no es lo mismo que decir “mi relación con la estrecha de la coneja”-, la verdad es que no tengo las orejas tan largas y mis dientes no son tan grandes, no soy tan suavecito ni tierno, no tengo un super rabito meneable (la verdad es que no tengo ni rabito, tengo un rabote laaaaarrgo y goooooordo, jaja).

Tal era mi duda por saber como justificar a “la coneja” (entiéndase que quería justificárselo a la coneja –en su estado metafórico- y a mi apodo, en otras palabras a mi y a…la coneja), que me dije…

Subconsciente: -¿te acorday de esa vieja que te hacía clases de música en el colegio?
La coneja: -si, si me acuerdo. A la que le decíamos la coneja
Subconsciente: -si, esa misma. Te acorday por qué le decíamos la coneja?
La coneja: -porque tenía como 20 cabros chicos
La coneja: -y eso ¿qué tiene que ver conmigo?
Subconsciente: - ¿qué te dicen los cabros, de cómo te pones cuando tomay?
La coneja: – aaaaaaaaa, ¿será por eso?
Subconsciente: - aweonao


La verdad es que quedé muy pensativo después de la putea que me mando mi propio yo, en realidad nadie había hecho esa analogía antes que yo y si lo digo puede que definitivamente quede por “la coneja” (y no es algo tan agradable como parece) y si no lo hago podría seguir poniendo nick maricones (al msn) haciendo referencia a “the real rabbit”.

Bueno, lograr encontrar la relación entre yo y la coneja me dejaba medianamente conforme, sin embargo, digo medianamente porque me falta arreglar un poco esa frase para decir “intentar una relación entre yo y la coneja” ( me gusta ponerme primero, acuérdense el burro por delante y no por lo tonto jaja) , lo que es casi imposible por la distancia no-física a la que me encuentro de entenderla, de apreciarla y de majaderías por el estilo. Pero como buen péon (del ajedrez, no el que se tira peos) iré a la muerte con la ilusión de convertirme en reina.

Después de todo que puedo perder, si la coneja me dice que no, total una fracaso mas o uno menos no es nada, total, ¿y como los geólogos?, una diferencia en un par de miles de años no es nada y queda entre amigos. Mi más grande problema es saber como piensa la coneja –espero que no sólo en zanahorias como Bugs Bunny-, pero bueno para su forma de pensar y dilucidar quien es “la coneja” tendré otro espacio especial en mi humilde cuchitril llamado blog.

Me largo y gordo… ¿Qué hay de nuevo viejo?; el viejo, no sé, pero yo no bebo nunca más... alcohol.